Dicen que la sonrisa es el único virus que no hace daño al alma y el más contagioso, y así fue, Juanje y Patri nos contagiaron a todos con su felicidad.

En cada una de estas fotos podemos ver esas sonrisas que no se borra de sus caras en todo el día.

Desde que vimos lo implicadas que estaban ambas familias en esta boda supimos que no sería una boda cualquiera, tanto los padres como los hermanos de Juanje y Patri hicieron que los meses previos y el día de la de la boda fueran unos días inolvidables para ellos. 

Empezamos con un pre boda en la playa para realizar un álbum de firmas para el día de la boda, en ese momento nos dimos cuenta de lo mucho que se quieren y como la cámara refleja esa emoción.

Y llegó el gran día… en casa de Juanje era toda una fiesta, cómodo, relajado y con esos nervios previos que te ponen esa sonrisilla que sale sola. Y que decir de casa de Patri, más y más emociones a flor de piel que se respiraban en el ambiente.

La boda se celebró en la Iglesia El Salvador, y el convite en El  Restaurante el Vincle.

Para el post boda nos fuimos a Altea, donde capturamos estas románticas fotos, patri llevaba una corona de flor natural de la Floristería de Valentina. 

Muchas gracias por confiar en nosotros y dejar que os acompañemos en esta aventura que acabáis de comenzar.